jueves, 6 de mayo de 2010

Encontré una importante suma de dinero que alguien perdió, y no sé qué hacer

A falta de noticias más importantes, un diario español informó a sus lectores que un modesto musulmán había encontrado 800 euros junto a un cajero automático y que los entregó al banco administrador.

Luego se constató que efectivamente el aparato había tenido una falla mecánica, debido a la que expulsó un depósito recibido en vez de guardárselo.

El periodista que cubrió esta noticia se enteró de que el joven protagonista vivía modestamente con su esposa y dos hijos, así como también que sus ingresos mensuales no sobrepasaban los 1.000 euros mensuales.

Este tipo de historias siempre son ambivalentes, y por eso dejan en los demás una sensación de incomodidad moral.

Si el dinero es entregado a la policía o a algún jerarca, surge el temor de que esa autoridad se lo quede.

Si luego el afortunado propietario hace un regalo en agradecimiento a quien le restituyó la pérdida, enseguida nos cuestionamos si no habrá sido demasiado poca la gratificación, pero si ella fuera excesiva, entonces uno se pregunta: ¿Para qué se lo habrán devuelto si se lo gastó casi todo en el premio?

El musulmán de la historia confesó que esperaba que algún día Dios le premiaría por su buena acción, con lo cual tenemos que pensar que el suyo en realidad no fue un acto de honestidad sino un negocio oportunista: Devolvió 800 euros esperando que Dios lo gratificara, seguramente con un importe mayor.

¿Qué hacer entonces si nos pasa algo así a usted o a mí?

Tengo pensado hacer lo siguiente: Guardo el dinero que haya encontrado durante un tiempo prudencial (quizá un año), pasado el cual incorporo esa cifra a mi patrimonio, olvidándome del asunto.

Creo que este musulmán tuvo miedo de ser descubierto, y que además es un chantajista de Alá. ¿No opina usted así?

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