miércoles, 15 de diciembre de 2010

Un fascinante y bello espectáculo en el cielo nocturno en el año 2010: Gran eclipse lunar, con su usual carga de misterio, y acompañado aquí y allá con ritos y tradicionales prácticas culturales


El gran eclipse lunar 2010

La naturaleza siempre nos maravilla con sus fenómenos extraordinarios.

Después de habernos deleitado con el maravilloso espectáculo de la lluvia de meteoros de las Gemínidas, el pasado 13 diciembre 2010, ahora nos brinda la oportunidad de la fascinación del gran eclipse lunar, previsto para el 21 diciembre 2010.

Efectivamente, en esa jornada ocurrirá un espectáculo estraordinario: El eclipse total de Luna, visible en el hemisferio oscuro de la Tierra, el que también podrá ser apreciado en parte desde Uruguay.

Las zonas de visibilidad se extenderán por extensas regiones de América del Norte y el inmenso Océano Pacífico, donde se podrán apreciar todas las diferentes fases del eclipse.

Y en las comarcas del Oriente del continente asiático y en Australia, será visible al anochecer.

Desde el continente europeo, África Occidental, y América del Sur, se apreciará antes del amanecer.

Y en nuestro país, Uruguay, está calculado que el fenómeno cósmico se extenderá entre la hora 4:32 hasta la salida del Sol, sobre la hora 6:28.


Explicación del fenómeno

Los eclipses son producto del efecto combinado de los movimientos de la Tierra, de la Luna, y del Sol, lo que genera ocultaciones parciales o totales del Sol o de la Luna.

Un eclipse de luna, se produce cuando ésta no puede recibir los rayos del Sol debido a la interposición de la Tierra entre el Sol y la Luna.

Este tipo de eclipse, sólo se produce cuando la Luna presenta la fase llena, - las hermosas noches de "Plenilunio" - o sea, en las épocas de "oposición" Luna-Sol.

Sin embargo, no es ésta condición suficiente, puesto que todos los meses la Luna presenta la fase llena y sin embargo no siempre hay eclipse.

Para que se produzca el eclipse lunar, además es preciso que la Luna se encuentre en un "nodo" y el Sol en el "nodo" opuesto. De ser así, la Luna estará "diametralmente" opuesta al Sol, y los tres astros, el Sol, la Tierra, y la Luna, quedarán perfectamente alineados y en ese orden, o sea con nuestro mundo interponiéndose entre los otros dos astros.

Y si todo el globo lunar se sumerge en la sombra proyectada por la Tierra, el eclipse obviamente es total.

Por el contrario, si sólo una porción del disco lunar se oculta en el cono de sombra, quedando la otra parte en la penumbra, el eclipse es únicamente parcial.

Pero tanto en un caso como en otro, la Luna penetra primero en la penumbra, perdiendo poco a poco su brillo y, al salir del cono de sombra de nuestro planeta, va recobrando paulatinamente su luminosidad, hasta alcanzar el brillo que tenía al iniciarse el proceso.

Esto hace -en la práctica- muy difícil determinar con exactitud, el principio y fin del fenómeno.

Por esto, a diferencia de los eclipses solares, los ocultamientos lunares no sirven para determinar con precisión los movimientos de la Luna.

En los eclipses lunares, siempre es su borde oriental el primero en entrar en la sombra.

Y en los eclipses totales de Luna, en el ocultamiento este astro permanece tenuemente visible, bajo un aspecto espectral, con una tonalidad gris o un color rojizo oscuro, lo cual se debe al desvío de los rayos solares que atraviesan la envoltura gaseosa de la Tierra, y que se desvían hacia el eje del cono de sombra, reduciendo las dimensiones del mismo.

En esas circunstancias, sólo alcanzan la superficie de la Luna los rayos de mayor longitud de onda (color rojo), y de allí que el astro lunar adquiera esa extraña "coloración cobriza".


Diferencias entre eclipses lunares y solares

Los eclipses de Sol, solamente son visibles dentro de una estrecha franja de la superficie terrestre, y en forma distinta para los diversos observadores, según se encuentren ellos en el centro de dicha faja, o en las partes laterales de la misma. Es que dichos eclipses son un efecto de perspectiva, y por consiguiente, dependen de la posición del observador con respecto al Sol y a la Luna.

En cambio, los eclipses lunares no dependen de la posición del observador terrestre, sino más bien de la porción más o menos considerable de la Luna, sumergida dentro del cono de sombra que la Tierra proyecta al espacio.

La Luna, oscurecida por esta circunstancia (total o parcialmente), será visible para todos los observadores del hemisferio nocturno, que en ese momento tengan la Luna sobre el horizonte.


Ocultismo

Desde tiempos ancestrales, los eclipses -tanto lunares como solares- han sido considerados por muchas culturas como los causantes de tormentas, terremotos. y otras furias de la naturaleza, suerte funesta, malos presagios, e incluso la ira de los dioses.

Históricamente, los eclipses han presagiado la muerte o el encarcelamiento de figuras políticas -como el emperador romano Nerón, y como Catalina de Aragón, la primera esposa de Enrique VIII, Rey de Inglaterra-, y asimismo, se ha asociado los eclipses con plagas como la muerte negra en 1348, y con guerras como la Primera Guerra Mundial en 1914.

No es difícil percatarse de por qué los eclipses han llenado de pavor a todo el mundo y han ganado tan siniestra reputación.

La creencia popular y muchos libros de texto mágicos ancestrales, previenen contra el lanzamiento de hechizos o la realización de cualquier rito mágico en el día o la noche del eclipse. Y la mayoría de los hechiceros de hoy en día continúan haciendo caso del consejo, no porque teman ser derribados por el rayo luminoso lanzado por la ira de algún dios, sino al contrario, porque durante un eclipse las líneas de fuerza lunares o solares están divididas y sus resultados en la magia se anulan.

Cierto, no debemos reírnos o ridiculizar el profundo poder de observación y el conocimiento acumulado de generación en generación por magos, chamanes, hechiceros, brujos, curanderos, sanadores, y místicos, pues en muchos casos ellos mezclan en sus prácticas, rituales folclóricos con bebidas o preparados o pócimas que actúan como medicamentos naturales, y/o pases mágicos con golpes, caricias, pinchazos, bailes, lo que finalmente provoca que el propio organismo libere endorfinas y encefalinas, o sea neurotransmisores opioides producidos por el Sistema Nervioso Central del propio organismo, y que tienen claros efectos sobre el dolor, la temperatura corporal, la sensación de hambre o cansancio, las propias funciones reproductivas, etcétera. Por otra parte, tampoco debe olvidarse el efecto placebo o de autosugestión provocado por rituales místicos o por creencias, si es que la persona a la cual están dirigidas esas prácticas cree en ellas, o incluso si tiene alguna duda razonable sobre los efectos que eventualmente puedan provocar.

Tampoco debemos buscar este tipo de cosas en épocas y lugares lejanos y exóticos, y/o en viejas prácticas de culturas europeas. Aquí en el Sur de América, por ejemplo, son conocidas por su eficacia las prácticas llevadas adelante por las llamadas "mujeres místicas" o "señoras místicas" o "mujeres de sapiencia" o "mensajeras espirituales" o "curanderas de palabras", muy famosas por curar el "empacho de bebés", el "mal de ojo", y la llamada "culebrilla". Y aquí en los países sureños latinoamericanos, también hay quienes aseguran poder proteger de los efectos negativos de las "luces malas", de los "hombres-lobo", de los "lobizones", de las "ánimas en pena".

Y tampoco debemos olvidar a "Anchimallén", una clase de extraño ser mítico presente en la mitología mapuche (Sur de Chile).

Por ejemplo, para la cura del empacho de bebes de algunos meses, el procedimiento consiste en rezos e invocaciones frente a una imagen cristiana, generalmente una representación de la Virgen María, junto a un altar donde hay gran profusión de velas encendidas; y este tratamiento termina con la llamada "tirada del cuerito", a través de la cual se estira la piel del cuello del bebe, especialmente el situado en la nuca, hasta sentir un ruidito sordo proveniente del vientre del bebe; así supuestamente hay una reubicación de algunos órganos tales como estómago, hígado, pancreas, intestinos, lo que posiblemente provoca una estimulación que mejora la parte digestiva, la situación de estreñimiento, el mal semblante o los vómitos del bebe, etcétera.

Estas "señoras de sapiencia" o incluso los viejos gauchos conocedores de Argentina, Uruguay, y Sur de Brasil, ayudan a que una hemorragia termine más rápido, generalmente hemorragia nasal, pasando un crucifijo cristiano o algo que haga las veces, por el cuerpo del afectado, y particularmente en la nuca. Y efectivamente todo se pasa entonces como si la hemorragia terminara rápida y eficazmente. ¿Explicación? Un crucifijo de metal es un objeto frío, y esa sensación se transmite a la nuca. La nuca es una parte muy sensible del cuerpo, con muchas terminales nerviosas, muchos vasos sanguíneos, etcétera, y una estimulación de esa zona con frío, y/o con un eventual masaje, bien puede desencadenar una reacción en cadena, favorable a que los mecanismos naturales de coagulación de la sangre se aceleren.

Pero volviendo al tema de los eclipses, recordemos que algunos paganos de la antigüedad consideraban que esos fenómenos eran mágicamente significativos, y realizaban rituales para atraer poder o para pedir clemencia.

En lo personal no veo ningún daño en este tipo de prácticas, ni las realizadas en el pasado ni las que puedan llevarse a cabo actualmente, pero yo mismo nunca gastaría mi tiempo y mi energía intentando llevar a cabo conjuros durante un eclipse. Sin embargo, a cada cual lo suyo, según reza el refrán. Recordemos aquella sentencia de sabiduría popular que dice: "No creo en brujas, pero que las hay las hay" ("I don't believe in witches, but if they fly, they fly", "No creo en las meigas, mais haberlas haylas").

Lluvia de meteoritos

Los uruguayos pudieron apreciar recientemente, una interesante lluvia de meteoritos.

Los meteoros son "restos de cometas que se van desgastando", y muchos de ellos provienen de la constelación de Las Gemínidas, en un hecho que se sucede anualmente en la misma fecha.

Estos meteoros se consumen en las capas altas de la atmósfera. Y en el caso hipotético de que un trozo grande de meteoro caiga a la Tierra, seguramente hoy día es recogido por los técnicos y llevado a laboratorio para su análisis químico.

Los meteoritos son cuerpos pétreos, irregulares, que circulan alrededor del Sol y que al ser atraídos por la fuerza de gravedad de nuestro planeta atraviesan la atmósfera a grandes velocidades, los que al rozar con las partículas del aire se fragmentan, se incineran, y dejan tras de sí un trazo o una estela luminosa, lo que popularmente se conoce con el nombre de estrellas fugaces.

Si esos meteoros están constituidos de piedra se llaman aerolitos, y si son metálicos y presentan un alto predominio de hierro y níquel, entonces se trata de sideritos, mientras que para el caso de que sean una mezcla de silicatos y ferroníqueles se llaman siderolito.

Ocasionalmente, "chatarra espacial" que ingresa a la atmósfera puede eventualmente ser confundida con un aerolito o un siderito, y viceversa.

El 20 de noviembre de 2000, ocurrió un extraño fenómeno que fue visto por miles de uruguayos, pero el mismo no fue producido por "chatarra espacial", sino por aerolitos.

En ese entonces, la Comisión Receptora de Investigadores De Objetos Voladores No Identificados (Cridovni, que funciona en el ámbito de la Fuerza Aérea) manifestó, y eso fue recogido por los medios periodísticos, que se trataba de un tipo especial de bólido, o sea una lluvia de aerolitos, un tipo especial de meteoros que se llaman bólidos.

Por cierto, también están las llamadas estrellas fugaces, que parecen estrellas que desprendiéndose del firmamento caen sobre la Tierra, disminuyendo luego el brillo y dejando tras de sí una estela luminosa que dura dos segundos.

Pero lo del 20 noviembre 2000 demoró varios minutos, por lo tanto entra en la categoría de bólidos, que fue justamente lo que determinó el recién citado informe especial.

Las informaciones que entonces circularon en Uruguay, también hablaron especulativamente de que podría tratarse de "chatarra espacial", pero esas afirmaciones no tenían ningún fundamento. Cierto, se especuló entonces que podía ser, eventualmente, un viejo satélite de Estados Unidos que se suponía que podría haber caído y desintegrado en las capas altas de la atmósfera.

Pero este tipo de acontecimientos está monitoreado, por el peligro que significa para los centros poblados, y se comprobó que ese día y a esa hora no caía sobre nuestro mundo ningún satélite ni nada fabricado por el hombre.

Se especuló también que podría haber sido la estación espacial rusa MIR, pero ella siguía entonces vivita y coleando, pues recién en febrero o marzo del año 2001 se pensaba hacerla precipitar en un punto del Océano Pacífico, situado a 2.000 quilómetros de la costa oriental de Autralia.

Se especuló también que podría tratarse de un satélite de comunicaciones, y se mencionó que lo observado desde Uruguay pudo haber sido un satélite lanzado por los rusos en un punto cercano a la ciudad de Arcángel, cerca del océano glacial Artico.

Pero resulta que acá el fenómeno se vio a las 21 horas, y ese cohete, que supuestamente no alcanzó la altura, fue lanzado a la hora 20. Quiere decir que en una hora ya tuvo que dar toda la vuelta y pasar al hemisferio sur.

Por lo expuesto, es obvio que las citadas especulaciones no tenían ningún asidero.

En materia de divulgación científica, por la prensa notoriamente y en muchos casos, se difunden especulaciones que no tienen base sólida.





CULTUREMAS PARA EL SIGLO XXI, HIPERTEXTOS EDUCATIVOS, SAPIENCIARIO DE DIGIMUNDO

Nota: Para visualizar el presente artículo en la pantalla con una bastante mejor calidad y a mayor velocidad, se sugiere utilizar el navegador Google Chrome. Y si hay problemas de virus informáticos en el computador, se sugiere instalar y utilizar Avast! Antivirus.




No hay comentarios:

Publicar un comentario